Luego de una ciber hecatombe, el mundo había iniciado su reconstrucción.
Dieciocho siglos pasaron desde aquel incidente que destruyó la tecnología y sepultó mucha información sobre su desarrollo, volviendo la vida a un estado casi primitivo.
La humanidad fue evolucionando pero aún no ha podido redescubrir la pólvora ni la electricidad, y convive con extrañas especies que mutaron en esta nueva era.
Se dice que en el Archipiélago de las Medusas hay testimonios muy valiosos de aquel pasado milenario, sepultados en la tierra y el mar luego de que esta nueva generación sufriera una década ininterrumpida de feroces tifones dejando a muchas ciudades semisumergidas.
En la Gran Isla está la ciudad de Tritón, donde vive sirio.
Ella, junto a unas fieles quimeras, resiste la invasión de los que quieren conquistar las islas y saquear esos tesoros. Sirio desconoce en qué lugares se encuentran y qué grado de importancia tendría su hallazgo. Lo que sí tenemos en claro todos es que el Archipiélago de las Medusas es un escenario de inagotables aventuras.
La medusa agonizante buscó la superficie, y antes de expirar dio a luz a dos seres con aspecto humano que en lugar de pies tenían patas con los dedos unidos por membranas. Fueron los últimos seres de naturaleza divina que vio la humanidad. O dicho de otra manera, fue la primera pareja de una especie cuyos miembros son llamados “los Protegidos”.
Mientras la vida de los hombres y de las quimeras seguía su derrotero a través del tiempo, los sabios ancianos cuidaron de los Protegidos enseñándoles conocimientos humanos y recibiendo información sobre su sabiduría espiritual. También tuvieron que enfrentarse a las hordas de secuestradores que consideraban a los Protegidos un botín muy preciado para vendérselo a otros reyes como especímenes exóticos.
Pasaron siglos, y esta especie fue siendo cada vez más pequeña en cantidad corriendo el riesgo de extinguirse debido a los ataques de forajidos y a ciertas enfermedades que contraían al entablar relaciones carnales con híbridos.
El grupo de Protegidos que aparentemente había llegado hasta el presente era solo ese puñado de niños que estaba en la granja situada en el Archipiélago de las Medusas.
(fragmento del capítulo 3 “El mensaje del hierofante”)
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